Autoridades judiciales iniciaron una investigación contra el presidente de la Real Federación  Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, por posibles delitos sexuales, luego que dio un beso forzado a la jugadora Jenni Hermoso, al finalizar la final de la Copa Mundial de Australia y Nueva Zelanda. 

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El ministerio ya tenía seis denuncias en contra de Rubiales, sin embargo, no abrían el caso, pues aún no había una denuncia de la víctima, en este caso, la jugadora Jenni Hermoso. Pero todo cambió tras el comunicado de la futbolista, en el cual aseguró que se sintió vulnerable ante una agresión sexual.

La Fiscalía Nacional ofrecíó también a la jugadora personarse como víctima de agresión sexual, «por si desea formalizar una denuncia expresa».

Las autoridades creen que los hechos denunciados -el beso que Rubiales dio el pasado 20 de agosto en la boca a Jenni Hermoso mientras agarraba «con las dos manos la cabeza de la jugadora»-, podrían ser constitutivos de un delito de agresión sexual. 

Hermoso ha reiterado que no dio consentimiento para el beso y afirmó que se sintió ofendida tras la acción de Rubiales en los festejos de la selección femenil de fútbol que se coronó campeona del mundo.

Rubiales ha negado las acusaciones y rechazó renunciar a la federación, sin embargo la FIFA ya le impuso una suspensión provisional de 90 días por el caso.

En un hecho extremo, la madre de Rubiales se encerró este domingo en una iglesia del sur de España y se declaró en huelga de hambre ante lo que ella consideró «una cacería inhumana y sangrienta» contra su hijo.  

En España se contemplan de uno a cuatro años de prisión para cualquier persona que lleve a cabo actos en contra de la libertad sexual de otra persona sin su consentimiento.

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